Breve comentario sobre las piezas del creador cubano Angel Alonso
Si el artista es contenido dentro de esa entidad viva que es la ciudad, es hijo legítimo de su circunstancia como tipo humano metropolitano ¿Acaso el retrato se convierte en autorretrato? La sensibilidad del artista, le permite decodificar el lenguaje propio del la ciudad, lo recrea, lo renueva, es protagonista y cronista a la vez. De esta suerte propongo un acercamiento a la obra plástica del creador cubano Ángel Alonso donde reina una síntesis conceptual signada esta última por la racionalización y la despersonalización, donde reina el “animal de asfalto” con relaciones sociales secundarias, asociativas, en detrimento de aquellas primarias de carácter comunitario, a propósito de la profecía apocalíptica de O. Spengler de una sociedad avocada a la autodestrucción.
Sociólogos estudiosos del tema de la urbanización como G. Simmel, hablan de un tipo humano propiamente urbano en términos psicosociológicos, (aunque en su caso se refiere a sociedades hegemónicas como la norteamericana) y lo define como un ser que experimenta una crisis de la personalidad, expuesto a un desequilibrio general motivado al exceso de estímulos psíquicos propio de la complejidad desmedida de las grandes ciudades. Simmel habla de un consecuente proceso de fragmentación de las actividades humanas, un compromiso limitado en los diferentes roles del individuo. Estas condiciones son, a su vez tierra fértil para el florecimiento de una economía de mercado, el desarrollo de grandes organizaciones burocráticas, instrumentos de racionalización y despersonalización exigidos por las complejidades de la vida urbana. Bajo estos imperativos el tipo humano “metropolitano” se centra en su individualidad, se sumerge en el anonimato, la superficialidad y la comunicación está altamente mediatizada. Claro que nuestra Habana no es la urbe gigantesca y atomizada del primer mundo, con lo cual estos fenómenos están atenuados por la particularidad cultural, político-social y por su puesto la escala en que se manifiestan está en correspondencia con sus proporciones urbanísticas desde el punto del desarrollo.
Un artista que enfoca su obra creativa en ese ser urbano, es Angel Alonso. En su afán de autoexégesis y de ensayar como ser urbano él mismo, una articulación más humana con su entorno, este creador ha fabricado todo un repertorio de grafemas que son por naturaleza hijos legítimos de esa sociedad industrial consustancial a la cuestión urbana.
La representación de la figura humana es tremendamente sintética, inspirada en la señalética con que el diseño industrial alude al ser humano para orientarlo en los espacios públicos, su ser humano es simbólico, anónimo la mar de las veces, pues generalmente no repara en rasgos faciales distintivos. En este sentido su obra es paradigmática, en tanto logra captar los rasgos esenciales de ese “animal de asfalto” desarraigado de sus relaciones primigenias con el medio y con sus iguales. Así se puede ver en piezas suyas como “Incomunicación”, donde se alude a tema de comunicación mediatizada y las distancias raigales que muchas veces siembra entre los seres humanos físicamente tan cercanos y sin embargo tan distantes. Otro tanto ocurre con piezas como “Puertas” o “Sociedad industrial” muy vinculados a conceptos como dimensión, densidad y heterogeneidad, a propósito de las teorías sociológicas de Louis Wirth y las características esenciales de los tiempos actuales.
Agosto 2012
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