Esta muestra compendia mi trabajo como artista plástica e ilustradora, como una espada de doble filo. Con esta selección será posible conocer las particularidades de cada medio y sus puntos de encuentro. Desde los dibujos con motivos y facturas generadas desde la sinceridad casi brutal de lo íntimo, despojados de aquello que no suponga la absoluta manifestación del ser introspectivo, hasta las imágenes poéticas concebidas para servir de apoyatura al discurso del otro en un ejercicio interpretativo, al mundo referencial de quien escribe y la lealtad a sus propósitos, conceptuales y estéticos, pues más allá de sí misma esa imagen se debe a una obra mayor: el libro como objeto autónomo.
HANNA G.CHOMENKO. La Habana, Cuba, 1973.
Artista plática, ilustradora, cubana de ascendencia polaca, graduada en la Academia de Bellas Artes de San Alejandro en el año 1992, Licenciada en Estudios Teóricos y Sociales de la Cultura, de La Universidad de La Habana. Hasta el momento cuenta en su haber con veinte exposiciones personales y cuarenta y siete exposiciones colectivas dentro y fuera del Cuba. Ha recibido varios reconocimientos a su obra dentro del país y obras suyas se encuentran en países como: Francia, Canadá, Suiza, España, Portugal, Polonia, E.U.A, Uruguay, México, Alemania, Puerto Rico. Colección Latin American Fine Art de Meredith-Kelly Galery, Colección Art America, Panamá. Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, UNEAC y la Unión de Periodistas y Escritores de Cuba, UPEC. En el 2006 fue Condecorada con la Medalla XX Aniversario de la Asociación Hermanos Saíz, para jóvenes intelectuales.
Esta muestra compendia mi trabajo como artista plástica e ilustradora, como una espada de doble filo. Con esta selección será posible conocer las particularidades de cada medio y sus puntos de encuentro. Desde los dibujos con motivos y facturas generadas desde la sinceridad casi brutal de lo íntimo, despojados de aquello que no suponga la absoluta manifestación del ser introspectivo, hasta las imágenes poéticas concebidas para servir de apoyatura al discurso del otro en un ejercicio interpretativo, al mundo referencial de quien escribe y la lealtad a sus propósitos, conceptuales y estéticos, pues más allá de sí misma esa imagen se debe a una obra mayor: el libro como objeto autónomo.