Pintura corporal realizada en los jardines de La Estancia, Caracas, Venezuela
Body paint, ”Papillon man”
Body paint, ”Papillon man”
Body paint, «Papillon man»
En coordinación con el Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela; el Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio (IARTES) convoca cada año a un encuentro mundial de arte corporal. Aglutinando diferentes regiones del país, se busca propiciar espacios de intercambio, reflexión y creación que favorezca toda práctica cultural y estética más allá de los límites que imponen la especialización o los géneros artísticos, en favor de la diversidad.
En septiembre del 2008, nuestro país fue convocado a compartir estos espacios en la ya cuarta edición de este encuentro mundial. Manuel López Oliva, Yelián Rodríguez, Francisco Espinosa y quien firma estas líneas participamos con diferentes proyectos. En el caso de López Oliva, con un performance, que integraba danza, música y visualidad. Buscaba insuflar vida a texturas visuales extirpadas con precisión quirúrgica de su propia obra planimétrica. Iniciada con el clamor de una sirena la desbordante coreografía convocaba las más hondas emociones, haciéndolas fluir natural e instintivamente. Su cómplice, una joven caraqueña: brillante bailarina escapada de un ánfora griega por sus facciones singulares, hizo suyo el pequeño escenario previsto para los efectos en el teatro Teresa Carreño, sede donde tuvo lugar la inauguración de todo el evento. Francisco Espinosa por su parte llevó una muestra en video arte, una audaz y bizarra trilogía sobre las soledades del cuerpo. Irreverente y subversiva como todo arte que no teme a las márgenes sino que se erige en portavoz, y desmonta herrumbrosas nociones de belleza para darle voz y rostro en toda su crudeza a esos rasgos tangentes de lo formalmente instituido. En cuanto a Yelían Rodríguez, compartimos un mismo proyecto performático titulado “Desnudo sobre desnudo”. En un simulacro de pasarela, parodiando el histrionismo efectista de los desfiles de moda y apuntando a la desnudez como el envés de ese mundo de glamour y apariencias, concebimos el despliegue escénico de los diez jóvenes modelos de ambos sexos que colaboraron con nosotros para tal ocasión. Cubrimos su total desnudez a la manera de sadwish man con lienzos impresos de fotografías digitales realizadas originalmente desde el desnudo propio o el del otro. Previamente realizadas aquí en Cuba por Yelían y su modelo y en mi caso, realizadas a partir de mi propio cuerpo.
Igualmente en el transcurso del evento participamos en sesiones de body paint junto a artistas venezolanos y de otras latitudes, en diversos escenarios dispuestos por los organizadores del evento con el propósito de difundir y legitimar estas manifestaciones del arte corporal en espacios públicos.