Ilustración del poema de Carlos Jesús Cabrera

Detrás de tus ojos. (fragmento(
Como dos piedras, me apoyo en tus ojos
para cruzar el agua que nos separa.
Contemplo la imagen del mundo grabada en tu retina,
leo en su luz tu historia, como en la boca de un horno
se adivinan las crepitaciones del pan.
Todo lo quiero saber y solo tengo tus ojos:
huellas dactilares de dos astros,
dos monedas que a lo sumo alcanzan
para matar el hambre o comprar un periódico
donde leemos los pronósticos de la dicha.

Carlos Jesús Cabrera (La Habana, 1960).

Ilustración del poema de MARÍA ZAMBRANO

DELIRIO DEL INCRÉDULO
Bajo la flor, la rama;
sobre la flor, la estrella;
bajo la estrella, el viento.
¿Y más allá?
Más allá, ¿no recuerdas? , solo la nada.
La nada, óyelo bien, mi alma:
duérmete, aduérmete en la nada.
[Si pudiera, pero hundirme…]
Ceniza de aquel fuego, oquedad,
agua espesa y amarga:
el llanto hecho sudor;
la sangre que, en su huida, se lleva la palabra.
Y la carga vacía de un corazón sin marcha.
¿De verdad es que no hay nada? Hay la nada.
Y que no lo recuerdes. [Era tu gloria.]
Más allá del recuerdo, en el olvido, escucha
en el soplo de tu aliento.
Mira en tu pupila misma dentro,
en ese fuego que te abrasa, luz y agua.
Mas no puedo.
Ojos y oídos son ventanas.
Perdido entre mí mismo, no puedo buscar nada;
no llego hasta la nada.

Ilustración de Carta III (3 de abril de 1796) de Napoleón Bonaparte

(…)Vivir para Josefina: esa es la historia de mi vida. Me esfuerzo
por acercarme a ti, muero por estar a tu lado; tonto
de mí, no me doy cuenta de cuán lejos me encuentro,
de qué tierras y comarcas nos separan. ¿Cuánto tiempo
pasará antes de que leas estas líneas, débiles expresiones
del alma agitada en que reinas?(…)

«Un caudal nos une», acrílico sobre tela. 120cmx100cm

«Un caudal nos une»
Pieza concebida para la exposición colectiva «Sangre» (a propósito del Día Mundial de la Hemofilia) que se muestra del 7 al 16 de abril en el Centro Cultural Félix Varela, en La Habana, Cuba. Quise crear un espacio para la comprensión y el reconocimiento.
Comprensión de la condición del doliente y reconocimiento al donante por el noble acto de brindar su sangre para conservar la vida de otro. La sangre es un elemento común entre todos los seres humanos enfermos o no, un caudal que nos mantiene conectados. Por eso los dos seres humanos están a ambos lados de este caudal de vida, en direcciones inversas, complementándose y su posición fetal habla de esa condición
frágil que nos define, pues en determinadas circunstancias volvemos a nacer más de una vez.